De repente, sin
apenas darme cuenta, me ví envuelto en un montón de proyectos,
proyectos en los que accedí a participar voluntariamente, proyectos
que me gustaban, pero proyectos que acababan con mi tiempo libre...
El martes,
aprovechando un día libre, salí a pasear por el norte de la isla y
pude ver paisajes tan lindos como la costa de Los Cocoteros...
Sentado cerca de las
galerías de Chafariz, pensé que tal vez tardaría mucho tiempo en
volver a hacer algo tan simple como dar un paseo por la naturaleza, o
asistir a un concierto un viernes por la noche, o desayunar con
alguien un sábado por la mañana sin estar pendiente del reloj
porque más tarde tendría que ensayar...
Acabé el día
haciendo una sesión de reiki, disfrutando de la paz y tranquilidad
del momento, y justo ahí ví con claridad que debía tomar la
decisión de soltar, soltar aquello que me privaba de la
libertad, soltar para recuperar lo que necesitas y volver a tu
hogar...
Sin quererlo me
convertí en un hacedor compulsivo, hacer cosas por hacer,
aunque esas cosas me agradaba hacerlas, pero escuché mi cuerpo y
solté. Ahora hago cosas y tengo tiempo para mí, para hacer lo que
me dé la gana, como bien me dijeron, así que a continuar
aprendiendo, y si tengo que soltar más cosas, soltaré...
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