Una casa encantada, naturaleza en estado puro, castillos, monasterios y comida, mucha comida, fue lo que encontré en Navarra, la última parada de mi viaje...
Tuve la inmensa suerte de quedarme en una antigua casa en Tafalla, a unos 20 kilómetros de Pamplona. Al parecer se trata de una casa encantada, y algunos que se han quedado allí han escuchado el sonido de unos niños cantando. Yo no los escuché, pero sí percibí cosas extrañas, digámoslo así...y dejémoslo ahí.
Navarra nos brindó naturaleza, mucha naturaleza. Los ríos y cascadas por el Valle del Roncal eran espectaculares...
Los pueblos de Olite, Sos del Rey Católico y Gallipienzo completaron la visita; en este último pueblo degustamos unos fantásticos espárragos calientes, además de otras delicatessen, y vimos lo que se convertirá en un fantástico Hotel Rural con vistas al río Aragón...
Y también tuvimos tiempo para escuchar las vísperas en el Monasterio de Leire, lugar elegido por la hermana de la Princesa Letizia para casarse...
Con esto y un bizcocho termino de contarles mi viaje por parte del norte de España, un viaje que he resumido en cuatro capítulos, recogiendo cada capítulo lo mejor de cada zona; un viaje, en el que pude brindar, con vino de la zona, por lo maravillosa que es la vida, porque sí, la vida es maravillosa...
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