En cierto modo me pasó lo mismo que a la protagonista de "Y de repente... YO", que Alicia le propone a Rana ser su guía y le dice "llévame donde me quieras llevar". Yo también dije algo así, llévame donde me quieras llevar, claro que mi novela tuvo otro final, cómico o surrealista diría yo... Me dejé llevar, pero también tuve que tomar las riendas porque el guía tenía más miedo que yo, jajaja...
Y así fue como visité Teotihuacan y las pirámides del sol y la luna...
Y para finalizar, un apunte más: aquí la forma de conducir no es como allá, cada uno coge las rotondas según el sentido que le convenga... Yo miraba asombrado y me decía: "Tranquilo Ibán, pase lo que pase llegarás a casa vivito y coleando", jajajaja...
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