Y me vuelven a decir que estoy sano, que la vida sigue acogiéndome entre sus brazos, me permite caer para aprender, pero no me suelta de la mano para volver a ponerme en pie. Me acaricia, me dice que siga así, que lo estoy haciendo bien, que la coherencia sigue primando en mi ser... Me vuelven a decir que estoy sano y no puedo sino agradecer...
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