¿Merezco ser feliz?

¿Merezco ser feliz? Si me hago esa pregunta, lo primero que me sale es contestar un rotundo sí, pero si ahondo en la cuestión y pongo una buena dosis de honestidad, tal vez haya una parte de mí que no se cree merecedora de tanta felicidad... ¿Por qué?, me pregunto, ¿acaso no he venido a este mundo a ser feliz? ¿Por qué nos negamos esa dicha? ¿Por qué coarto la posibilidad de ser feliz? Converso con mi sombra y la convenzo de que merezco ser feliz. Sin lugar a dudas, merezco ser feliz...