Me vivo por verte, por sentirte cerca, me vivo por conectar nuestras miradas y que salten chispas que enciendan el deseo ardiente; me vivo por abrazarte, por estrujarte entre mis brazos y alzar tu cuerpo hacia la luna llena que ilumina esta velada; me vivo por besarte, por rozar tu boca con la mía, morder tus labios y hacer que nuestras lenguas se enreden sin medida... ¿Por qué voy a morir yo por todo esto, carajo? Dejo de “morir por” y prefiero “vivir por”, vivirme sin límites y beber hasta la última gota del elixir que embriaga mi alma...
No hay comentarios:
Publicar un comentario