“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. La frase célebre de Antonio Machado la quiero transformar, un giro radical aun a riesgo de destruir la belleza de cada una de las palabras que componen dicha sintaxis, pero en lugar de centrar la atención en el caminante me gustaría hacer todo lo contrario, quizás porque hoy voy de senderismo y quiero mimetizarme con lo natural. Es la siguiente: “Existe el camino, pero no el caminante…”. Hace unos años me la dijeron y hace unos pocos días me volvió al recuerdo. Pongámonos en la piel por un momento, ¡qué vértigo sentir eso! Ese que tiene pies y manos, abdomen y cerebro y al que le damos excesiva importancia, no existe… Tú no existes… Lo único que existe es el camino. Entonces, ¿qué o quién camina por el sendero?
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