Nuevas personas con las que interactuar, observarlas detenidamente porque, sin duda alguna, son mis espejos, algo me vienen a mostrar, ahora soy más consciente de ello... Esta isla me dio una segunda oportunidad y volví a abrir mi corazón para charlar con ellos como si fuera la última vez, al fin y al cabo, algún día acertaré. Y disfruté, con todo disfruté, hasta corrí por sus verdes montes, pero lo que más me sorprendió es que La Gomera no está vibrando en el miedo y lo celebré…
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