Esperó ansioso, con ilusión, tenía ganas de volver a verlo y
reencontrarse con él, pero nunca vino a recogerlo, ni siquiera tuvo el valor de
dar la cara y lo abandonó a través de un mísero Whatsapp, no es por ti, es por
mí, leía con incredulidad. La tristeza lo desplomó en el suelo de la terminal y
encogió su cuerpo retorciéndose de dolor, hubiera sido mejor la muerte, llegó a
pensar. Cerró los ojos y rogó que todo fuera una pesadilla, pero nadie hizo el
milagro de cambiar su realidad. Le arrancaron el corazón de cuajo, lo metieron
en una picadora y cuando pulsaron el botón de encendido escuchó el zumbido de
la máquina mientras deshacía su corazón en mil pedazos convirtiéndolo en una
masa inerte, sin vida, y no le importó, siguió acostado con los ojos cerrados…
Pero se recuperó, ¡cuánto aprendió! Hoy es capaz de verlo desde otra
perspectiva y se parte de la risa al recordar que prefería morir a su lado
antes que vivir sin él, amores insanos, adheridos a nuestra piel… ¿Estamos
locos o qué? Todo pasa… Las historias de desamor parecen el final más
devastador, pero son solo el principio de una nueva historia que está por
comenzar, tal vez la tuya contigo mismo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario