Da igual lo que me contaron años atrás, que todo era mentira, una invención de los padres para crear ilusión y fantasía... Acurrucado entre las sábanas, cobijado por una cálida manta, posé ambas manos sobre mi barriga, cerré los ojos y le pedí que pudiera dormir toda la noche en paz... Se obró el milagro y en ese momento supe que Papá Noel existía... ¿Quién es? No lo sé, tal vez la vida misma, una figura imaginaria con la que te puedes conectar y pedir desde la humildad, pero existe, nadie me va a arrebatar esa posibilidad. Allá cada cual con sus creencias, pero esta noche invito a cerrar los ojos, confiar en que aquello que más deseamos se hará realidad y dejarse llevar por la magia...
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