Me quedaría con...

Este año está acabando y si me obligaran a quedarme con un único momento, sería la tarea más difícil jamás encomendada. Me niego a hacer eso, déjenme citar unos cuantos, así que me quedaría con nuestro primer encuentro, ese que nos citó frente al mar y con el que empezamos a forjar una amistad incondicional… Me quedaría con tus besos, fugaces pero intensos y que me dejaron ganas de más… Me quedaría con nuestras risas, aquellas que nos hicieron caer al suelo…  Me quedaría con los viajes, aquellos que me permitieron seguir soñando con descubrir nuevos lugares… Me quedaría con mi dolor, aquel que expresé a través del llanto y que me llevó a destapar mis miedos… Me quedaría con mis anhelos, con mi voluntad de querer vivir y seguir haciendo lo que estoy haciendo, me quedaría con todos los momentos, porque todos y cada uno de esos momentos han formado la nueva versión que desde este rinconcito sigue escribiendo, ¿qué es la vida sino una sucesión de momentos que van marcando el camino que vas recorriendo? Me quedaría conmigo, contigo, con el universo entero, con la vida que me vive cada día y que deseo seguir abrazando… ¡Gracias 2018 por ofrecerme tanto!

Y en ese momento supe que Papá Noel existía...

Da igual lo que me contaron años atrás, que todo era mentira, una invención de los padres para crear ilusión y fantasía... Acurrucado entre las sábanas, cobijado por una cálida manta, posé ambas manos sobre mi barriga, cerré los ojos y le pedí que pudiera dormir toda la noche en paz... Se obró el milagro y en ese momento supe que Papá Noel existía... ¿Quién es? No lo sé, tal vez la vida misma, una figura imaginaria con la que te puedes conectar y pedir desde la humildad, pero existe, nadie me va a arrebatar esa posibilidad. Allá cada cual con sus creencias, pero esta noche invito a cerrar los ojos, confiar en que aquello que más deseamos se hará realidad y dejarse llevar por la magia...

Si es que estaba claro...

Si es que estaba claro, la vida me habló muy claro. En cierta manera me vino a decir: "Fíjate bien en el número de dorsal que te ha tocado, corta la cifra por la mitad, invierte el orden y ese es el número que tienes que comprar para que te toque el Gordo de Navidad, 03347". Claro que me lo podía haber dicho más claro, pero supongo que confiaba en mi destreza para escucharla y coger sus mensajes al vuelo, la vida siempre está dándonos mensajes y solo si estamos bien atentos sabremos descifrarlos. Lástima que no lo pude ver por estar despistado...

Bromas aparte, el mejor regalo es despertarme y agradecer que estoy vivo, un nuevo día para afinar mis oídos y conectarme con la vida... A ver si presto atención porque esta siempre nos está susurrando...

Sé impecable con tus palabras...

Sé impecable con tus palabras, un consejo que me dieron hace tiempo, procurar que lo que salga por mi boca no genere conflicto ni sufrimiento. ¿Acaso valdría de algo que le dijera a alguien que se va a morir? ¿Le ayudaría decirle que está gorda? Lo podría pensar, pero para qué decirlo… Además, ¿es cierto? ¿Tengo la certeza absoluta de lo que estoy diciendo? No seamos jueces, dejemos de jugar a adivinar y predecir lo que va a pasar, dejemos de etiquetar, quitémonos las gafas que condicionan nuestra realidad, abramos nuestra visión a un mundo pacífico, sin pleitos, cambiemos nuestro diablo interno por la inocencia de nuestra verdadera esencia, ¿tan difícil es? ¿Qué nos lleva a hacer eso? 

¿Y qué hará que esta presentación sea especial?

¿Y qué hará que esta presentación sea especial? No sé por qué me atrevo a anunciarlo antes de tiempo, pero es la sensación que tengo, algo me palpita por dentro, el entusiasmo recorre mis venas y la motivación me llena de fuerza, no me frena… Un objetivo, una meta, un sentido de por qué sigo haciendo lo que estoy haciendo, gratitud que se afianza en mi ser, cuerpo que danza con el viento, bailemos, un regalo que quiero envolver y entregar, desnudarme, rasgar mis vestiduras si hiciera falta, abrirme en canal y que el mensaje de esperanza se escuche bien alto, eso es lo que deseo... Aquí la vida nos abriga, vivamos intensamente este momento…

Ni fu ni fa

Una imagen, un recuerdo, algo que te removía y te acaloraba por dentro, sesiones de perdón ininterrumpidas hasta desarmar lo tóxico y llenar el cuenco con aliento fresco... Y así llegas al ni fu ni fa, indiferencia pacífica, continuar tu camino y seguir jugando fuera de la jaula en la que ya no quise estar porque mi prioridad, por fin, era la libertad...

Voy a quedarme...

El libro sigue, las páginas en blanco se escriben, voy a quedarme en silencio, que mi voz se apague y las manos hablen por mí... Voy a dejarme arrastrar por la canción, rebobinar y escucharla otra vez, que mis oídos se alimenten de inspiración... Voy a quedarme en la cama, cobijado baja la cálida manta, imaginando que ese día llegará y nos contagiaremos de esperanza... Voy a quedarme quieto, mirando el techo de la habitación, agradeciendo el calor del hogar, me siento como en casa a pesar de la distancia... Y sobre todo voy a quedarme donde quiera estar, sin culpa, la culpa quedó atrás...

Los pensamientos de mi vecina

Cuando salgo de casa suelo escuchar a algunas vecinas porque se ponen a hablar en medio de la calle. "Tengo más posibilidades de sufrir una embolia" o "me cago en mi puta vida" son algunas de las lindezas que llegaron ayer a mis oídos, lo que me provoca risa por darme cuenta de la forma tan distinta que tenemos de ver la vida, una optimista, otra pesimista, una con el vaso medio lleno y otra con el vaso totalmente vacío... Preferí no arrastrarme por la corriente negativa, cambié de canal, así que miré al cielo, agradecí los rayos de sol que calentaron el comienzo del mes de diciembre y me embarqué en el crucero de disfrutar del día. No sé qué posibilidades tengo de sufrir una embolia o de morir, tampoco me interesa, así que prefiero enfocarme en las ganas inmensas que tengo de vivir...