Cogí la bola e imaginé cómo sería estar en China, qué personas viven
allí, qué paisajes decoran… Tiré la pelota y la agarré con la otra mano, fijé
la vista en el otro extremo e imaginé cómo sería estar en Perú, qué personas me
encontraría si visitara ese país, la sensación de subir el Machu Picchu… Y entonces
me imaginé utilizando la pelota y lanzándola a diferentes personas para que
sintieran que el mundo estaba en sus manos, que podían lograr todo aquello que
se propusieran, somos más grandes que este mundo inmenso en el que estamos
viviendo, con miedos, inquietudes, pero somos inmensos y sabremos cómo
sobreponernos. Somos idénticos a pesar del idioma en el que hablemos, el amor
nos acerca, la educación elimina barreras y los sueños motivan… Y me volví a
conectar con ese niño soñador que quiere seguir descubriendo este mundo que lo
rodea…
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