Y vino, me dijo ven, yo fui... Me invitó a bailar, me cogió de la mano, me llevó al centro de la pista, acarició mis brazos, olí su presencia, comencé a girar, perdí el equilibrio y me dejé caer. Se fue, dejé de percibir su fragancia, recuerdos cargados de nostalgia. Se fue, no se despidió, me dejó anclado, abatido en la nada, por qué, qué quieres de mí, qué debo sacar del pozo de mi alma. Me cautivó, me enamoró y después se marchó, la tristeza me envolvió, bendita emoción que me embarga y abre mis alas, bendita seas, maldita, tú que explotas mi creatividad y sacas lo mejor de mí...
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