lunes, 26 de noviembre de 2018

Ese tren que me lleva...

Y cambia, todo cambia, gente nueva que llega, amigos que ya no están, pero sigo aquí, abrazado a la vida... ¡Seis años ya, madre mía! Y sigo aquí, en ese tren que me lleva a ninguna parte, a cualquier lugar, no quiero llegar a ningún destino en particular, solo quiero seguir sentado en la butaca abrazándome a mí mismo...



sábado, 17 de noviembre de 2018

¡Esta vez SIIIÍ!

Me dio hasta cagalera, no lo pude evitar, producto de los nervios y la memoria emocional, miedos que escalaban por la cima de mi mente y se adueñaban de mi cuerpo, por momentos. Volver a hacer una carrera en el mismo escenario en el que me lesioné un año atrás es lo que tiene, pero era mi reto, lo quería volver a intentar. Del pasado se aprende, aprendí, pero no te puede hipotecar y las cuotas mensuales de miedos se deben liquidar, estos no te pueden limitar...


Y salí con ganas, con ganas de disfrutar, con ganas de dar lo máximo de mí, con ganas de seguir disfrutando de esta vida, con ganas de reivindicar que es posible sanar, con ganas de compartir con mi gente, familia y amigos que me adoran y quieren, con ganas de llegar a la meta y gritar que lo conseguí, que el miedo no pudo con mi alma, que es más fuerte e ilimitada de lo que soy capaz de imaginar. Y llegué, ¡esta vez SIIIÍ!

martes, 13 de noviembre de 2018

Más grandes que este mundo inmenso...


Cogí la bola e imaginé cómo sería estar en China, qué personas viven allí, qué paisajes decoran… Tiré la pelota y la agarré con la otra mano, fijé la vista en el otro extremo e imaginé cómo sería estar en Perú, qué personas me encontraría si visitara ese país, la sensación de subir el Machu Picchu… Y entonces me imaginé utilizando la pelota y lanzándola a diferentes personas para que sintieran que el mundo estaba en sus manos, que podían lograr todo aquello que se propusieran, somos más grandes que este mundo inmenso en el que estamos viviendo, con miedos, inquietudes, pero somos inmensos y sabremos cómo sobreponernos. Somos idénticos a pesar del idioma en el que hablemos, el amor nos acerca, la educación elimina barreras y los sueños motivan… Y me volví a conectar con ese niño soñador que quiere seguir descubriendo este mundo que lo rodea…



viernes, 9 de noviembre de 2018

Juguemos cinco minutos...


Y juguemos cinco minutos a sentirnos miserables y pensar que esta vida es una mierda. Vamos, empieza, ¿qué podrías decir? Ojalá acabara esta guerra, estoy harto de este sufrimiento que recorre mis venas y quema mis entrañas, me dejaste tirado, con todo lo que hice por ti, desgraciado, tanto luchar para nada… ¿Se te ocurre alguna cosa más? Vamos, aún quedan unos segundos… Sí, cabrón, lo di todo y no recibí nada, dejé mis sueños de lado y me esforcé por conseguir los tuyos… Para, ya han pasado cinco minutos… Se acabó, deja de revolcarte en ese lodazal que te envenena. Ese papel de víctima ya no te pega y lo sabes, como diría Julio Iglesias… ¿Quieres salir de ahí? Puedes hacerlo, solo debes tomar responsabilidad… No hay culpables, ni siquiera tú por permitir tal situación, solamente responsables. ¿Quieres convertirte en el protagonista de tu vida y dejar atrás ese rol victimista? Puedes hacerlo y lo sabes, pero ¿realmente quieres hacerlo?



jueves, 8 de noviembre de 2018

Sigo sin saber cómo escribir un grito...


Hace tiempo me planteé cuál sería la forma más idónea de expresar, a través de la escritura, que estoy gritando… Porque si pongo un “ahhhhhh” podría parecer que estoy cantando, si escribo un “jaaaaaaaaaa” podría confundirse con la risa y si pongo un “jjajaaajjajdjjjgsgggsh” alguno podría imaginar que me estoy atragantando. Entonces, ¿alguna solución que no se me haya ocurrido? Sigo sin saber cómo escribir un grito, pero animo a todo el mundo a gritar porque es liberador. Como un volcán que entra en erupción, el cúmulo de lava sale al exterior y el interior vuelve a reposar en paz… Gritar es sanador, bajo el agua, mientras vas conduciendo, en un espacio apartado, donde sea, pero grita, grita cuando lo necesites y cuanto necesites, vacías lo que sobra y te llenas de vacío… No lo sé escribir, la creatividad no me alcanza para más, pero grita, te invito a gritar…



martes, 6 de noviembre de 2018

Disparo al corazón


Y sentado en la butaca pude confirmar que la decisión tomada la noche anterior me estaba devolviendo al camino de la coherencia. Como un disparo al corazón, certero, de esos que te dejan en paz, sin ningún atisbo de dudas. Pones el freno antes de que se produzca un descarrilamiento. Para, no tengas prisa, decide por dónde y cómo quieres continuar… Y sentado en la butaca seguí disfrutando de la película…



domingo, 4 de noviembre de 2018

Bendita seas, maldita

Y vino, me dijo ven, yo fui... Me invitó a bailar, me cogió de la mano, me llevó al centro de la pista, acarició mis brazos, olí su presencia, comencé a girar, perdí el equilibrio y me dejé caer. Se fue, dejé de percibir su fragancia, recuerdos cargados de nostalgia. Se fue, no se despidió, me dejó anclado, abatido en la nada, por qué, qué quieres de mí, qué debo sacar del pozo de mi alma. Me cautivó, me enamoró y después se marchó, la tristeza me envolvió, bendita emoción que me embarga y abre mis alas, bendita seas, maldita, tú que explotas mi creatividad y sacas lo mejor de mí... 



viernes, 2 de noviembre de 2018

Puedo construir lo que siento...


Y puedo construir lo que siento, eso es lo que estoy aprendiendo… Imaginemos el caso de alguien que está estudiando muy duro para aprobar un examen y conseguir un puesto de trabajo, pero al final suspende… La emoción brota, esa es inevitable, y puede ser tristeza por la pérdida o enfado por no conseguir lo que quería conseguir… Y después de la emoción entran en juego los pensamientos… ¿Qué tipo de pensamientos merodean por tu mente? Si te dejas contagiar por un bucle negativo en el que piensas que nunca consigues nada, que no vales para nada, que siempre te pasa lo mismo, que es imposible, estarás creando un sentimiento de desolación, apatía, abatimiento… Pero si en lugar de eso te da por pensar que este traspiés te servirá para mejorar, que las cosas pasan porque algo mejor está por llegar, que vas a enfocarte en la oportunidad que hay detrás de este aparente fracaso, probablemente te sentirás esperanzado, motivado para mejorar… Entonces, ¿de qué depende lo que sintamos? De nosotros, de los pensamientos que alimentemos. Puedo construir lo que siento…