miércoles, 11 de diciembre de 2013

En días con tanto viento

En días como hoy, en los que el viento sopla con toda su fuerza, es cuando me gusta imaginarme sentado frente a una cristalera, observando la furia salvaje del viento, mientras me cobijo bajo una manta acostado sobre un cómodo sofá. Como no dispongo de una casa con maravillosas vistas al exterior, a veces utilizo la cafetería de mi lugar de trabajo, desde la que sí que se puede ver todo. No estoy acostado, pero sí sentado y, mientras degusto mi desayuno, doy gracias por tener un lugar en el que refugiarme de la tempestad...

Los días de tanto viento no suelen estar en mi lista de favoritos, pero hay que adaptarse a todo y seguir disfrutando de la vida independientemente del día que nos vea despertar. Aprovechando que hay tanto viento, en el que si te descuidas puedes echarte a volar, le pido que me aleje de todo lo falso y que únicamente me conecte con aquello que me ayude a recordar lo que verdaderamente soy... Gracias viento, muchas gracias por limpiar todo lo falso que hay en mí...
 
 

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