Sí, nada es imposible, pero hasta qué punto… También hay que ser realistas, digo yo… Aunque muchos vaticinaban que algún día subiría a un pódium para recoger un premio, jamás pensé que llegaría ese momento… Lo veía muy complicado y no se trata de pesimismo, sino porque aunque últimamente solía llegar entre los primeros a la línea de meta, siempre era con varios minutos de diferencia con respecto a los tres que iban en cabeza, así que mis expectativas nunca han estado enfocadas en ganar sino en disfrutar y mejorarme a mí mismo en lugar de compararme con los demás… Hasta que el domingo llegó el día en el que, si lo exagero un poco, bien podría tratarse de un ¿hito histórico? ¡11º de la general, pero 1º de mi categoría y me dieron un trofeo! ¿Y qué es un hito histórico? Lo busqué en el diccionario y la definición que me da es la de un «acontecimiento puntual y significativo que marca un momento importante en el desarrollo de un proceso o en la vida de una persona». Entonces supe que lo del domingo no fue un hito histórico sino una anécdota y experiencia más, pues lo que marcó mi vida por completo sucedió varios años atrás, cada vez más, y en el dorsal de cada carrera siempre pongo el nombre de VIDA para recordarme a cada instante que la vida y la salud es mi máxima prioridad… Y si además de eso recibo un trofeo, oye, pues nunca será mal recibido, al contrario… Correr me da alas, correr me da vida, correr me motiva…
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