Campanilla, ¿dónde estás? En todos lados, quizás, tienes ese poder sobrenatural. Estabas con tu Peter Pan para venir a mi encuentro o ya aquí conmigo, erizándome la piel hasta límites insospechados, esperando emocionada a tu hermano para que sintiera la isla... Respirar, ver, no ponerle palabras a los sentimientos que recorrían nuestro cuerpo, encontrar las piezas del rompecabezas que faltaban para comprender más allá de donde nuestra mente es incapaz de entender... Tu pañuelo de colores permanece conmigo y ondea feliz en el viento, prueba de que permaneces viva, prueba de que sigues entre nosotros acariciándonos la piel con el viento que soplas… Campanilla, sigue recordándonos que esto es la vida...
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