¿Y cómo se te queda el cuerpo cuando te digo que la vida no piensa que tú eres mejor que una cucaracha?
sábado, 23 de mayo de 2020
martes, 19 de mayo de 2020
Carabina 1, Carabina 2, Carabina 3
Recuerdo aquel juego en el que un niño se tapaba los ojos y contaba hasta
tres diciendo «carabina 1, carabina 2, carabina 3», mientras el resto de
participantes intentaban avanzar. Entonces se volteaba y tú te tenías que
petrificar, pues si te movías, perdías y debías volver a empezar…
El otro día, cuando me recomendaron que observara esa parte de mí que es
adicta a los pensamientos, tuve la misma sensación que con el juego de la
carabina, pues al observarlo se detenía, dejaba de correr incansablemente hacia
los pensamientos. Es como si dijera “me han pillado” y se quedaba quieto. Oye,
pues voy a seguir practicándolo… A fin de cuentas, la meditación es como un
juego…
viernes, 15 de mayo de 2020
¿Y qué más da?
Pongámonos en la peor situación, imaginemos que sucede aquello que tanto
nos asusta, lo que nuestra mente ha catalogado como lo peor que nos pueda
pasar. Siente el miedo que te abraza, la angustia que te respira… Entonces
hazte una pregunta: ¿Y qué más da? Exhala el temor que está inundando tu
corazón, libérate de la tensión… Vuelve a repetirte la pregunta: ¿Y qué más
da? ¿Y si detrás de eso que aparentemente sucede hay una oportunidad para
desacreditar las elucubraciones de nuestra mente y darnos cuenta de que no era
para tanto? ¿Y si nos hacemos más sabios experimentando eso que tanto miedo nos
generaba? ¿Acaso es el final si sucede aquello que tanto tememos?
Me encuentro en un bosque frondoso y camino hacia un lago con aguas
cristalinas y curativas. Me sumerjo totalmente, puedo respirar con normalidad.
Abro los ojos y no me molestan al estar en contacto con el agua, sonrío… ¿Y
qué más da? Yo también me hago esa pregunta… ¿Qué necesito? Estar,
simplemente estar…
miércoles, 13 de mayo de 2020
Super Mario Bross
Esto de la desescalada me está recordando al Super Mario Bross, el videojuego que marcó mi infancia. Pasas de fase y te entusiasmas por experimentar algo nuevo, pero conforme avanzas se complica más, pues las normas se han multiplicado y ya no sé qué cosas están permitidas y qué otras están prohibidas...
Entre tantas fases me pierdo, pero ya las iré sorteando conforme vayan llegando y mientras me lo quiero seguir tomando como lo que es, un juego experimental en el que voy a pensar que todo lo que acontezca será para mi máximo bien, un mantra que quiero repetir hasta la saciedad...
domingo, 10 de mayo de 2020
Y de repente... YO
Así fue como nací. Érase
una vez un avispado y veloz espermatozoide que ganó la carrera a
millones de contrincantes para fecundar a un lindo óvulo. Entonces se
creó un embrión, que más tarde se transformaría en feto y tras
permanecer plácidamente en el vientre de su madre durante unos nueve
meses, salió al exterior un 10 de mayo de 1981. Y de repente... YO,
inocencia pura, eso es lo que era, lo que soy y lo que siempre seré,
pero enseguida me pusieron el nombre de Ibán y me empecé a despistar
tratando de encajar en ese disfraz, haciendo caso a las carantoñas que
me hacían, afianzando una nueva identidad basada en lo que me decían,
buscando agradar a los demás, esforzándome por vivir en lugar de vivir
en paz, en definitiva, hacer de todo menos ser y estar...
Por suerte, de algunas cosas me he dado cuenta y de otras tal vez me dé cuenta antes de abandonar este mundo terrenal. Hoy han pasado 39 primaveras desde ese alumbramiento y lo único que puedo decir es gracias por seguir aquí. A lo largo de mi existencia he cogido muchos caminos, carreteras, autopistas, atajos, rotondas, cambios de sentido y algún que otro sin sentido, y todos han sido necesarios para llegar hasta aquí y apreciar este momento presente: estar escribiendo en este blog para agradecer lo bonito que es vivir... Y mientras siga habiendo vida, seguiré caminando para descubrir qué sorpresas me tiene preparada la vida...
jueves, 7 de mayo de 2020
Tuvo que ser un sueño...
Cerrar mis ojos, recordar el tacto olvidado, piel con piel, oler su aroma,
escuchar el latido de su corazón que se acompasaba con el mío propio, notar el
balanceo de nuestros pies y quedarnos suspendidos en el silencio, abrazarnos
hasta fundirnos en uno… hasta que la risa se apoderó del momento. Fue tan real…
Imposible, tuvo que ser un sueño…
martes, 5 de mayo de 2020
Obras de arte inacabadas
Decía el psiquiatra Dan Gilbert que los humanos somos proyectos en curso que equivocadamente creemos estar terminados. Y me llevó a imaginar que somos obras de arte inacabadas...
Me gusta esa idea, la de pensar que soy mi propio artista y que podré crear mi realidad pintando sobre un lienzo con los colores que elija hasta el último día de mi vida, sin prisas por culminar la obra maestra...
domingo, 3 de mayo de 2020
Salí del armario
A veces, los de tu alrededor, se dan cuenta antes que tú... Muchas veces me lo advirtieron, pero hacía oídos sordos y negaba lo que me estaba sucediendo, tal vez por miedo a ser rechazado... Me resistía a las etiquetas, no quería ser considerado así, pero la atracción que sentía era innegable y cuando empezaba no podía parar, siempre quería más. Sin embargo, seguía reprimiéndome y luchaba contra mi verdadera naturaleza. Hasta que me prohibieron hacerlo, entonces lo eché tanto de menos que se despejaron todas mis dudas. Me rendí a la evidencia y me acepté tal cual soy, con mis virtudes y mis defectos, con mi vestimenta, mis zapatillas, mi reloj y mis tiempos. Ayer, por fin, salí del armario para poner un pie en la calle y disfrutar abiertamente con mi nueva condición para liberarme de prejuicios inventados. Hoy volví a salir y llegó la confirmación oficial, me declaro runner incondicional...
viernes, 1 de mayo de 2020
Comienza la desescalada...
41 peldaños tiene la escalera del edificio en el que vivo, los acabo de contar, y durante este confinamiento he estado subiendo y bajando esos escalones un mínimo de 10 veces, lo que equivale a 820. Si esa cantidad la multiplico por 4, que son los días que intentaba entrenar a la semana, haría un total de 3280, y si eso lo vuelvo a multiplicar por las semanas que llevamos encerrados en casa, me sale una cifra mucho más alta, lo que me lleva a pensar que gracias a la generosidad de mis vecinos, que me han permitido correr a mis anchas por las escaleras, podría estar en muy buena forma, tanto como para conquistar la cima del mismísimo Teide, incluso del Everest...
Y cuando ya me había acostumbrado a escalar, ahora dicen que comienza la desescalada...
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