Y en ese impás en el que decides parar de forma voluntaria, en ese tiempo muerto en el que escoges apagar la maquinaria para reposar, reflexionas y te das cuenta de lo que quieres seguir haciendo, jugar... ¡Qué maravillosa sensación fue echarlo de menos! Un parón en el momento más oportuno para sentir la salud que me desborda por dentro. Ahora, tomar impulso y seguir disfrutando haciendo lo que quiero, correr, escribir y mucho más, pero sin olvidarme de la inocencia de un niño para tomármelo todo como un juego...
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