Sí, son personas normales, de carne y hueso, pero son personas que
inspiran… y detrás de una campeona continental, mundial y olímpica hay un gran
entrenador que sabe motivar a su pupila, un binomio perfecto… Entonces me
encontré con Fred y me atreví a romper la vergüenza para hablar con él, tan
cercano, tan natural como la vida misma, esa vida que ayer me otorgó un gran
regalo y me invitó a sacar la dicha de un adolescente emocionado por compartir
el mismo espacio con unos referentes y estrellas de la natación mundial como Mireia
Belmonte y Fred Vergnoux, dos de mis ídolos desde que, en cierta manera,
volví a nacer… ¡Tengo 38 años, no 12, compórtate como un adulto!, me decía la
mente intentando reprimir al niño interno que gritaba eufórico y lleno de
energía, pero la gratitud era tanta que no podía parar de saltar de alegría al
haber cumplido el sueño de estar tan cerca de ellos, pura inspiración que tanto
motivan y te recuerdan que la vida es una auténtica maravilla…
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