Tal vez es lo que busco, quizás por eso Barcelona suele ser sinónimo de
nuevas experiencias, como correr por paisajes verdes, volver a chapotear en una
piscina y extasiarme entre las aguas profundas, maravillarme con el bosque
arquitectónico de la Sagrada Familia, único y grandioso, deleitarme con la
pintura, que me hagan una entrevista radiofónica…, pero también es sinónimo de
hogar, descanso y sentirme como en casa, me encanta mimar y que me mimen y
recibir el cariño de la gente. Dos de tres, ¿qué es lo que me faltó por
hacer? Probablemente nada o quizás sí y será una buena excusa para volver…
Y aunque en la imagen somos dos de tres porque tú ya no estás
físicamente entre nosotros, seguimos siendo tres, siempre, y si un pianista
tiene que tocar la última canción que escuchaste y disfrutaste mientras justo
pasábamos por delante de él, la tocará las veces que haga falta para darnos la
certeza de que siempre estarás presente, aunque sea de otra manera… ¿Fue una
coincidencia? No, fue una señal divina, un guiño al amor, una demostración de
que siempre estarás ahí, acompañándonos… Sí, tres, no hay duda, seguimos
siendo tres…
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