martes, 29 de enero de 2019

Mi primera media maratón


Aunque estaba acompañado iba solo y corría sintiendo mis pies y respirando muy profundamente para que el aire fresco llegara bien adentro. Y aunque iba solo iba acompañado, con mis pensamientos, con el anhelo de estar contigo al día siguiente para recibir una noticia y seguir soñando con la esperanza... No estuve solo, te encontré a ti en medio del calor de la gente e hizo que mi corazón galopara… ¡Qué alegría verte! Los aplausos, las batucadas, el sonido de los tambores, estímulos que dispararon mi motivación y me impulsaron hacia la meta...



viernes, 25 de enero de 2019

Ese barco que siempre lo veo al pasar

Ese barco fantasma, sólido y robusto a pesar de las huellas por el transcurrir del tiempo… ¿Qué fue de él?  Sediento de respuestas, imaginando historias de objetos animados que surcan los mares y regresan a orillas para yacer en paz, o quizás siempre estuvo ahí, encallado, paralizado por el miedo a descubrir un mundo nuevo… Un lugar seguro, pero no es para eso que los barcos se construyeron… ¿Qué fue de él? ¿Cumplió su cometido y vivió una vida plena o murió consumido por el veneno de la infructuosa búsqueda de una seguridad eterna? ¿Anclado en la arena, con miedo a levar las anclas y salir a alta mar o tal vez se llenó de experiencias y regresó para descansar y trascender a otra realidad? ¿Qué fue de ese barco que siempre lo veo al pasar?





viernes, 18 de enero de 2019

El diablo se viste de humano


Y otra de las anécdotas que me traje de Viena fue entrar en una estación de metro y escuchar los gritos de una mujer… Fue verla al otro lado del andén y preguntarme qué tipo de pensamientos la habrían secuestrado como para dejarse arrastrar por una ira desmedida, producto tal vez de no gestionar adecuadamente la emoción del enfado… Llegó mi tren, me senté y seguí observando al diablo, perdón, mujer, a través de la ventana. Y entonces quise jugar y lanzarle una cariñosa sonrisa, pero cuando uno está tan endemoniado, las sonrisas se pueden interpretar como sarcasmos, así que su respuesta fue vociferar y lanzarnos un escupitajo que no nos llegó al estar protegidos por el cristal… ¡Qué cosas me muestra la película en la que estoy inmerso! El diablo se viste de humano, pero al diablo que todos llevamos dentro debemos educarlo, gestionarlo, tomar responsabilidad de lo que nos está pasando… Así el mundo irá mejor…





jueves, 10 de enero de 2019

Un globo de agua


¡Explotó! Un globo explotó ante mis ojos, salpicó mi ropa de agua, mojó mi cara, noticias que no te apetecía recibir pero te las regalan, me dejó temblando, tambaleó los cimientos de una estabilidad ficticia y también me llenó de risas, ¿no querías sorpresas que te dejaran con la boca abierta? ¿Por qué nos cuesta tanto recibir los cambios? La impermanencia me abraza y me recuerda que disfrute de lo que tengo pero que nada tengo, es la vida la que lo quita y lo pone cuando le dé la gana, ¿hacia dónde querrá que vaya? Explotó, ¿y ahora qué? No sé, confío en la vida...



martes, 8 de enero de 2019

Pájaros en la cabeza

¿Dónde habrá espacio para guardar nuestros sueños si tenemos muchos pájaros en la cabeza y no hacemos sino prestarles atención mientras revolotean por dentro, lo que nos deja sin aliento y nos llena de agotamiento? 


viernes, 4 de enero de 2019

Queridos Reyes Magos...


¿Y qué pedir si sientes que ya lo tienes todo? ¿Qué pedir si estás abrumado por todo lo maravilloso que has recibido durante estos seis últimos años? Me siento mal, a veces, cuando pido más, pero después recapacito y digo que me lo merezco, soy merecedor de todas las bendiciones que la vida me quiera hacer llegar. Además, pido sin esperar recibir y es entonces cuando sucede la magia…


Quiero magia, experiencias inesperadas, que te dejen con la boca abierta por ser tan imprevistas, reír a carcajadas… Quiero aventura, un nuevo destino, conocer el mundo a través de mi mirada… Quiero seguir brindando esperanza y que los milagros sigan floreciendo a mi lado… Quiero un punto de locura para volver a mi cordura, que sienta y me deje llevar por lo que sienta… Verdad, quiero verdad, no me quiero dejar engañar y apuesto por seguir deshaciendo las capas que ocultan la belleza que anida dentro… ¿Y qué más? Ah, sí, estaría bien… ¿Lo pido? ¡Qué miedo! Venga, va, eres valiente… Pues sí, eso también lo pido y si lo recibo estaré entusiasmado pero con miedos, ¡qué nervios! Ahí lo dejo, será un secreto… Si me dan todo eso, bien, si no me lo traen, también bien, pase lo que pase espero no perder mi eterno agradecimiento… Confío en ti, vida, que siempre estás ahí y espero no dejar de escucharte para que me guíes por el sendero…

jueves, 3 de enero de 2019

Hoy no puede ser mi final


Con el inicio de las turbulencias cerré los ojos, respiré profundamente, caí al corazón y logré mantener la calma… Claro que aparecieron pensamientos como que me iba a morir o había llegado mi final… «¿Cómo voy a morir si todavía no he escrito mi carta a los Reyes Magos? Ah, no, hoy no puede ser mi final», fue mi respuesta espontánea, así que empecé a imaginarme escribiendo la carta y viendo la cabalgata… Logré desviar mi atención del peligro, situación que no podía controlar, y traté de enfocarme en algo que me motivaba… Y poco a poco las turbulencias cesaron… Mi compi me dijo que le enseñara mis tácticas de relajación y por eso le aconsejé que visualizara el almuerzo que tendría mañana… Y como sigo vivo y agradecido, escribiré mi tan preciada carta…



martes, 1 de enero de 2019

¿Feliz año?

Cada año es distinto, pero siempre hay momento para la tradición y parar a comerme las uvas. Y esta vez hubo cuenta atrás, pero los segundos parecían correr como milésimas, así que aunque comencé a masticarlas en el segundo veinte, cuando ya supuestamente llegó el nuevo año me quedé con unas cuantas uvas en las manos, pero seguí comiéndomelas con tranquilidad y con la última miré al cielo y me dije: “año, tráeme lo que me tengas que dar”. “¿Estás seguro?”, me susurró un pensamiento. Sí, lo que sea, confío en ella, la vida misma que me rodea, nada de pedir un feliz año porque al fin y al cabo no hay años buenos ni malos, felices o infelices, sino que soy yo, con mi actitud, quien decido cómo quiero que sea. ¿Feliz año? No, les deseo un año cargado de experiencias y que el próximo año sigamos vivos para contarlas...