Anoche acudí a la
llamada de Jezabel y me presenté ante un grupo de personas que están
formándose como futuros terapeutas de reiki. Llegué un poco antes
de lo acordado y esperé pacientemente en el pasillo antes de entrar,
sin saber con qué me iba a encontrar al otro lado de la puerta y sin
saber qué decir exactamente...
Después de esperar
unos minutos abrieron la puerta y me hicieron pasar. Me encontré con
un grupo de personas sentadas cómodamente sobre cojines en el suelo, a los que prácticamente
no conocía, y sobre la marcha me uní a ellos y me volví a
emocionar hablando de lo que el reto significó y está significando
en mi vida. A la pregunta de qué es lo que recibí cuando
tuve la inmensa fortuna de haber visitado a un terapeuta de reiki
respondí cercanía, cercanía que pronto se fue transformando
en amistad porque ante mí encontré a una persona interesada en lo
que me sucedía, esperanza, porque plantó la esperanza por
todos los poros de mi piel, la esperanza de que era posible superar
mi reto, y también me abrió la mente hacia otras posibilidades
que antes desconocía: las causas emocionales. Era posible la
sanación y todo dependía de mí, el cambio debía comenzar en mí...
Gracias a todos por
una tarde-noche maravillosa...
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