Gente marrón

Y me reí con el apelativo que pone una amiga a las personas que no le transmiten buena vibra: gente marrón. Y es verdad, no todas las personas nos transmiten buen rollo, lo que me llevó a plantear la siguiente pregunta: ¿marrón se nace o marrón se hace? Definitivamente, marrón se hace, esa es mi conclusión: nacemos blancos, independientemente de nuestro color de piel, con luz propia, tanta, que podríamos iluminar el camino de muchísimas personas y contribuir a un mundo mejor, lo que pasa es que mientras caminamos a veces nos despistamos y entramos en guerras, comparaciones y separatismos innecesarios y, por consiguiente, nos vamos embarrando, ocultando así nuestro brillo interior... 

Pero quiero confiar en que ese brillo nunca desaparece, está ahí, oculto entre el miedo y las sombras, hay esperanza para volver a conectarnos... La esperanza es lo último que se pierde...