Y mientras me comía las uvas, que yo recuerde, las más tristes de mi historia, la mujer se liberó de su capa y nos mostró un vestido inspirado en agua... El efecto Pedroche arrasó como una ola y llegó hasta mis entrañas, revolcándome por dentro en un sinfín de emociones que necesitaban tiempo para ser digeridas y volver a la calma...
Y después de la calma, la tormenta, pero después de la tormenta vuelve a venir la calma, eso sin duda... Y así empezó el 2024...
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