El martes comencé a ver el estreno de la novena temporada de Anatomía de Grey. Y ahora ustedes se preguntarán, qué tiene que ver Anatomía de Grey con el título de la entrada de hoy. Pues bastante, les respondo yo, porque cuando estuve ingresado en el hospital pensé que no sería capaz de volver a ver un capítulo de esta serie. La sola idea de ver imágenes de quirófanos, sueros, enfermedades, etc. me aterraba, pero ya ven, ayer me conecté de nuevo con la serie y vencí uno de mis miedos.
Aquí les dejo una de las promos de la novena temporada de Anatomía de Grey, una serie que me tiene enganchado.
También tengo otros miedos, que quizás se acrecientan cuando pasan cosas como las de ayer. Mi tío falleció y eso me descoloca emocionalmente, pero intento no pensar en eso porque yo debo continuar mi camino. Desde aquí quiero darles el mayor de mis pésames a mis primos queridos, José Luis y Mariola, y también un fuerte abrazo a mi tía Luisa, que siempre me dice que soy su sobrino favorito, jeje. Un fuerte abrazo a todos y estoy convencido de que las cosas van a ir bien de ahora en adelante.
Miedos tengo, claro que los tengo, pero muchos, si no todos, son emocionales y al miedo hay que enfrentarlo, no esquivarlo. Eso es lo que me enseñaron hace dos días en mi nueva sesión de reiki. Pude doblar una flecha y hasta casi pude con una varilla de hierro. Mañana les cuento más sobre esta nueva experiencia gratificante.
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