El reiki

Buenos días, hoy me toca contarles mi experiencia con el reiki. Lo primero que me preguntaron es si sabía de qué iba esta técnica, pero le dije que no, que había oído hablar, pero que no quise informarme de nada para no crearme ninguna expectativa.

Acabo de fisgonear por internet y me he dado cuenta de que hasta existe una federación de reiki. Definiendo un poco más técnicamente el reiki, se podría decir que es una técnica de canalización y transmisión de energía vital a través de la imposición de manos, que se utiliza para obtener paz y equilibrio en todos los niveles (lo he copiado de internet, jeje), pero más concretamente es una técnica de sanación natural que aumenta el bienestar, te ayuda a sentirte mejor. Más que tratar los síntomas, lo que procura es encontrar la causa que ha provocado dichos síntomas, que muchas veces son emocionales, si no en su totalidad.
 

Ahora voy a contarles mi experiencia. Lo primero que me encontré fue a una persona interesada en saber cómo había llegado hasta él, por qué acudía a una sesión de reiki, cómo fue el proceso de diagnóstico de lo que tengo, y tratamos de indagar si había tenido algún conflicto emocional con algo o alguien, tratar de buscar en mi interior posibles causas de mi estado actual. No sé si es la palabra más adecuada, pero me encontré como a un psicólogo, lo cual me vino estupendamente porque a veces es bueno hablar y profundizar en algunos aspectos que te pueden ayudar.
 

A continuación vino la parte práctica. Durante el primer ejercicio, el cuerpo se me iba inclinando como una especie de onda, a veces dándome la sensación de que me caía, pero no llegaba a hacerlo. Al terminar, me preguntó si caminaba más ligero, si sentía algo fuera de lo común, y mi respuesta fue que no sentía nada que me llamara la atención, quizás la respiración más profunda pero...

 

¡¡¡ATENCIÓN!!!, llegó la segunda parte, me tumbó en una camilla boca arriba y empecé a escuchar sonidos; eran ondas, no sé si la 9-6-3 o la 8-5-2, o como se llamen, porque no lo recuerdo, sólo sé que mi cuerpo empezó a vibrar, sobre todo por la zona del esternón, qué sensación de paz!!! Cada vez que se apagaban los sonidos pensaba “¿¿¿ya está, se acabó???”, pero al escucharlos nuevamente la paz volvía a mi interior y la sensación era maravillosa. Hasta que se acabó, claro, porque todo tiene un fin, las cosas buenas duran poco, pero me transmitió y eso es lo importante. Se supone que mi cuerpo se está poniendo en la frecuencia adecuada; hay dos alternativas: frecuencia del bienestar y vida y frecuencia del malestar y las enfermedades, así que lógicamente tengo que meterme de lleno en la primera frecuencia, la de la salud.
 

Igual no he explicado bien en qué consiste la técnica y tal vez me he enrollado con mi propia experiencia. Sólo sé que tengo un reto por delante, el recuperarme de la enfermedad, pero no debo verlo como algo malo, sino como una oportunidad que me da la vida para reconectarme emocionalmente y valorar todo lo que tengo.

Creo que aprovecharé el blog para irles informando de lo que muchos quieren saber (cuándo tengo la siguiente sesión, qué tal pasé la noche después de la sesión, etc. etc. etc.), para así evitar que me pregunten directamente y no estar siempre contestando lo mismo a 20 ó 30 personas, exagerando un poco. Un ¿qué tal? o ¿cómo estás? me basta para saber que estás preocupado por mí y que me deseas lo mejor, pero el que me hagas preguntas concretas sobre la enfermedad sólo hará que hable constantemente de ella, más de lo necesario, no creen? Así que nada, manos a la obra. También les hablaré otro día de un libro que me recomendaron (tendré que llamarlo porque no me acuerdo del título) y de más cosillas interesantes que vaya haciendo con el objetivo de conseguir mi objetivo: SER FELIZ y ESTAR EN ARMONÍA CONMIGO MISMO para superar todos los obstáculos que se me presenten.