Lo intenté, cogí el telesilla y subí la montaña para luego lanzarme cuesta abajo con esquíes, que para mi caso vendría a ser lo mismo que cuesta abajo sin frenos, toda una odisea que me llevó a reírme, resbalarme, cagarme de miedo y que me rescataran en una moto de nieve porque si llega a ser por mi propio pie hubiese tardado unas cuantas horas y ya cerraban la pista...
Cuento todo esto a propósito de una frase que leí de Séneca: Admira a quien lo intenta, aunque fracase... Y no lo digo para que me admiren a mí, que fue una experiencia sin más y con la única intención de hacer algo nuevo por primera vez, sino para admirar a todas aquellas personas que tienen la valentía de intentar aquello que desean, a pesar de sus miedos...
Y si fracasan, pues da igual, a fin de cuentas yo no veo nada como un fracaso sino como un mero aprendizaje para mejorar y seguir intentándolo...
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