El destino quiso que no pudiera acercarme a ti por las circunstancias que nos ha tocado vivir, el destino quiso que tuviera que decirte adiós desde la distancia, confinado en mi hogar. Y ayer te lloré, con mucha paz, pues vi un vídeo que me hizo recordar la linda amistad que se había forjado entre tú y yo. La vida quiso juntarnos durante un tiempo (demasiado corto, dice mi ego, lo justo y necesario, sonríe el ser que todo lo ve perfecto) para coincidir y aprender el uno del otro...
Siempre que tenías la oportunidad me dabas las gracias por lo que yo te aportaba y es un honor reflejarte en este escrito para dejar constancia de todo lo que tú a mí también me aportaste. Mi caballo ganador, te llegué a decir. Al final te ganaste mi corazón y te convertiste en una confidente con la que me abrí en canal, volví a sentir el cariño de alguien que me quiso de forma incondicional. Peleona, no quisiste soltar tus batallas que sabías que no te iban a llevar a nada, pero eras libre para escoger lo que quisieras y yo simplemente te observaba. Por aquí tal vez te podría ayudar, pero por aquí desde luego que no, ¿te acuerdas cuando te lo dije? En eso consiste el amor, en permitir ser libre a la otra persona...
Mi niña linda... Compartiste todo tu torbellino de emociones y siempre luchabas por un mundo mejor. Ahora, desde donde estés, estoy seguro de que estarás sonriendo al darte cuenta de que el mundo ya es perfecto tal y como es, a pesar del dolor que podamos experimentar. Y tu niña, tu niña siempre estará contigo, que es por lo que más temías. Ya no hay miedos, ahora sentirás paz, así te quiero sentir y visualizar, con esa gran sonrisa que explosionaba en tu cara...
Mi amada amiga, Playa Quemada la volví a descubrir gracias a ti y siempre me esperabas en la meta con una pancarta en cada una de mis carreras. ¿Acaso hice tanto por ti para merecer toda la admiración que me profesabas? Yo solamente cogí tu mano y te acompañé...
Hoy, si no hubiera estado confinado, estaría en un avión a punto de llegar a la ciudad del amor, Roma. Amor es lo que siempre me conectará contigo y con una sonrisa inmensa siempre te llevaré en mi corazón. ¡Gracias por tanto, querida Johanna!