Sí, ya estoy aquí,
dispuesto a contar algo de mi viaje. Sólo puedo decir que Berlín es
una ciudad grande y tranquila, con mucho que ofrecer a aquel que la
visite...
Si la pudiera
plasmar con los cinco sentidos...me quedaría con...
La vista:
Desde la Torre de la Televisión, si tienen la magnífica suerte de
que el cielo esté totalmente despejado, pueden disfrutar de una
fantástica vista panorámica de toda la ciudad, a más de 200 metros
de altura...
El oído:
en cuanto a este sentido, me quedo con el momento en que pude
escuchar una melodía de ¿Mozart? mientras estuve tumbado sobre el
césped del LustGarten frente a la Catedral de Berlín...
El olfato y el
gusto: Estos dos sentidos están irremediablemente unidos,
porque el olor de las salchichas, algo típico en la cocina alemana,
impregnaba algunos puntos de la ciudad. Sólo puedo decir que son tan
ricas y tan variadas...que no me cansaría nunca de comerlas...
El tacto:
Tocar los restos del Muro de Berlín te transporta inevitablemente a
ese pasado tan cercano cuando la ciudad estaba dividida en dos...
...y al final
conseguí encontrar el grafitti que había puesto en mi entrada
anterior...
!Gracias por este
viaje! ¡Gracias porque volví a sentir que la vida es un regalo y
sólo tienes que querer vivirla...y yo la quiero seguir viviendo!
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