Una parte de mí, incrédula hasta la médula, escéptico de lo que le están contando, no le cabe en su cabeza que las cosas puedan llegar a tanto, y al mismo tiempo, porque le parecería extraordinario que los límites se pudieran romper de esa forma, se mantiene firme escuchando, atento a lo que le están explicando, diciéndose a sí mismo ojalá yo también pudiera experimentarlo… Ese punto intermedio de no creerme las historias que me cuentan, pero no rechazarlo sino que al contrario me dan ganas de experimentarlo por mí mismo, es lo que me está salvando…
lunes, 31 de enero de 2022
sábado, 15 de enero de 2022
Se me encendió una bombilla
Negar la realidad no sirve de nada, al fin y al cabo es resistirte a ella, pero sí puedes cambiar tu realidad. Ayer hice clic, se me encendió una bombilla en la mente y me percaté de una creencia que me estaba afectando... Ay, no sabéis lo feliz que me siento por recuperar el poder de encauzar lo que veo, solo debo desactivar dicha creencia generando otra más empoderada que anule la anterior y a partir de ya será mi máxima prioridad...
jueves, 13 de enero de 2022
Rendirse a la vida
En estos tiempos que corren, mejor dicho, en estos tiempos que corro no estaría nada mal recordarme que lo mejor es rendirse a la vida...
Y rendirse a la vida no es tirar la toalla ni resignarse, sino aceptar lo que esta nos trae, sea lo que sea. La rendición, según dicen, es un ejercicio de humildad y aceptación incondicional... Que así sea...
miércoles, 12 de enero de 2022
miércoles, 5 de enero de 2022
¿Qué le pido a los Reyes Magos?
A Melchor, vivir en coherencia, alinear mi corazón con la razón y decir sí o decir no según lo sienta; a Gaspar, vivir en paz, a pesar de todo a lo que deba renunciar para mantener la paz; a Baltasar, vivir con motivación, pues qué sería de vivir sin esa chispa que me encienda… En definitiva, vivir, porque vivir es lo más…
martes, 4 de enero de 2022
No entiendo por qué hacen las campanadas tan tarde
Al final pasé la última noche del año en la isla bonita y mientras esperábamos en la plaza del pueblo para seguir las campanadas en directo, que las retransmitían por la televisión canaria, escuchamos a una mujer quejarse: "No entiendo por qué hacen las campanadas tan tarde". Señora, ¿será porque hay que esperar a las doce de la noche para iniciar un nuevo día? Aquello fue de risa, y mientras comíamos palomitas de maíz en lugar de las típicas uvas porque se nos habían olvidado en el apartamento, me vino al recuerdo la frase "aquello de lo que te quejas, nunca se aleja". Estamos acostumbrados a quejarnos, tal vez porque sea gratis, pero si nos quejamos por cualquier cosa, pues sí que empezamos bien el año...