Anoche fui a cenar con mi ángel de la guarda (algún día les contaré más sobre él) y ahora estoy aquí, acurrucado en la cama mientras escribo estas líneas sobre lo que ha supuesto el 2012 para mí...y será el último escrito del año, porque cuando me levante de la cama lo que voy a hacer es preparar la maleta para irme rumbo a Düsseldorf a celebrar el fin de año. ¡Qué ilusión me hace poder hacer este viaje! Será la quinta vez que celebre fin de año en una ciudad fuera de Lanzarote; la primera vez fue en Nueva York, la segunda en Londres, la tercera en Venecia, el año pasado en Amsterdam y, en esta ocasión, toca Düsseldorf, aprovechando a mi compañía comodín y sus vuelos directos desde Lanzarote.
También quiero comentarles que el solomillo con salsa de oporto fue todo un éxito, jeje, sobre todo para mi padre, que se chupó los dedos. Aquí les dejo una imagen del plato y, si alguno está interesado, ya le pasaré la receta.
Vamos allá...¿qué ha supuesto el 2012 para mí? ¿Ha sido un año bueno o malo, como solemos decir cuando acaba el curso? Ha sido un año inolvidable, eso por lo pronto, inolvidable en muchos aspectos, y cargado de emociones, de muchas emociones. Empecé el año como acabé el anterior, estresado porque estaba haciendo el Grado de Turismo y, combinar trabajo y estudios, es muchas veces complicado. Después tuve el esguince, a mediados de marzo, y eso me creó tensión porque tuve que parar el ritmo que llevaba, tuve que pedir la baja médica por primera vez en mi vida y no disfruté nada con eso. Después, cuando pensé que por fin iba a tener mi descanso merecido, porque había acabado mis estudios en julio, el plazo que me había propuesto y conseguido, me encontré con una situación totalmente inesperada...y que cambió mi vida. De disfrutar de mi verano sabático, como lo iba a llamar yo, paso a estar ingresado en un hospital, menudo contraste, con la angustia que eso me generó y que a estas alturas todos ustedes saben...
...Pero si llegamos al presente, a 29 de Diciembre, después de más de tres meses de camino recorrido, tengo que decir que me siento cambiado, que me siento otro, que soy muy feliz y que cada día me sorprendo más de lo que estoy viviendo...y agradezco, doy mucho las gracias, gracias a las personas que he conocido y que me ayudan día a día a pasar este trance, gracias a las personas que ya conocía y que siguen estando a mi lado, gracias a toda mi familia porque creo que la relación, ahora, es más bonita y estrecha, gracias a mi ángel de la guarda, por iluminarme la vida y sentir que no voy a estar solo...nunca, gracias a todos, de corazón, gracias...por este año, que será muy importante en mi vida...y gracias por el año que viene, que lo disfrutaré y viviré con más ganas que nunca.
Entonces, ¿ha sido un año bueno o malo? Pues no me voy a mojar, y mira que suelo hacerlo. Lo voy a dejar en neutro, un año neutro, ni bueno ni malo...un año de aprendizaje, de muchas emociones...que han generado un cambio en mí y deseo que este cambio siga germinando.
Sólo deseo poder llenar este baúl de muchas ilusiones, proyectos y sentimientos para el año que viene...y compartirlos con todos ustedes. ¡FELIZ AÑO!