¿Estamos dispuestos a recibir lo que deseamos recibir?

Es como cuando nos tumbamos boca arriba y extendemos nuestras manos y piernas lo más que podamos para pedirle al Universo aquello que deseamos y le ponemos ganas y empeño: “quiero esto y quiero lo otro, ¿por qué?, porque me lo merezco”. Pero al instante nos puede entrar la congoja no vaya a ser que recibamos aquello que pedimos y encogemos nuestro cuerpo cerrándonos a recibir los regalos: “¡uff, qué miedo!”.

Y la pregunta aquí es muy sencilla: ¿Estamos dispuestos a recibir lo que deseamos recibir?

Oler una flor, soplar una vela

Qué importante es ser conscientes de la respiración en momentos de colapso, como el que ocurrió el domingo pasado en el aeropuerto de Tenerife Norte, que muchos quedamos atrapados sin volver a nuestras casas a causa de las inclemencias del tiempo... 

A más de uno le hubiera compartido lo que horas antes a mí me enseñaron: oler una flor, soplar una vela; una forma muy sencilla de explicarle a un niño cómo debemos respirar. Huele una flor, inhala el aire, sopla una vela, suelta el aire... Cuando el cansancio hace mella y el caos se apodera de la mente, no te olvides nunca de respirar...

El mundo siempre irá a mejor...

El mundo irá a mejor… Si eres capaz de observar tus reacciones, hacer autocrítica, tratar con amorosidad y tener una mirada más compasiva hacia ti y hacia los demás, en definitiva, si eres capaz de sanar tus heridas, el mundo siempre irá a mejor porque por lo menos habrá un diablo menos…

¿Qué necesita?

Escucha a ese niño que llevas dentro, siéntelo, ¿qué necesita? Dale la atención que merece y ayúdale a comprender que nunca estará solo, que tú lo protegerás por siempre jamás... Adulto y niño, niño y adulto, no se pierdan entre ruidos, dense la mano y avanzad en equilibrio...